El dolor por cáncer es un síntoma muy frecuente en el paciente oncológico, se caracteriza por ser severo, de inicio rápido y duración variable.
El dolor asociado al cáncer es tratable como cualquier otro tipo de dolor ya sea con medicamentos o con procedimientos mínimamente invasivos que no impliquen cirugía en pacientes con poca tolerancia a medicamentos.
La elección del mismo depende del tipo de dolor, de la causa del dolor y de la respuesta a otros tratamientos.
El dolor posterior a una infección por herpes zoster es una de las complicaciones más comunes. Se debe a una afección en las fibras nerviosas. Se entiende por neuralgia postherpética al dolor continuo de tipo ardoroso, quemante o como descarga eléctrica a lo largo del trayecto de un nervio.
Este dolor es tratable con medicamentos; sin embargo, cuando existe poca tolerancia o no es efectivo el tratamiento puede considerarse hacer algún tipo de bloqueo o procedimiento mínimamente invasivo que ayude al control del dolor.
A pesar de un diagnóstico y una cirugía exitosa, algunos pacientes puedes continuar con la sensación de dolor posterior a una cirugía de columna. A este tipo de dolor persistente y la continuación de los síntomas se le denomina síndrome de cirugía fallida de columna.
Esto no quiere decir que la cirugía este mal realizada o que algo haya salido mal.
La neuralgia del trigémino es uno de los dolores facial más severos que afecta al nervio trigémino o nervio craneal. Es más común en mujeres mayores de 50 años. Se presenta como un dolor de tipo descarga eléctrica que va de moderado a intenso y suele desencadenarse al masticar, hablar o cepillarse los dientes.